viernes, 5 de junio de 2009

Gracias, Nachin

Le menciono en muchas ocasiones (porque estoy realmente orgulloso de él) pero pocas veces suelo hablar acerca de su persona y menos de su música. No obstante en mi reciente visita a tierras asturianas volví a reencontrarme con él. Más viejos y mas gordos (sinónimo de salud), pero siempre iguales. Yo hablando por los codos y el tan tímido e introspectivo como cordial.
Mientras me llevaba a Oviedo en su coche, un disco sonaba una y otra vez en el reproductor; por momentos me sonaba a John Fogerty, en otras apreciaba ecos de Buckley o Tom Petty, desvaríos a la irlandesa e incluso alguna que otra gamberrada rockera que me hacia sonreír. Me sorprendió gratamente que Nacho, cuyos gustos difieren tanto de los míos, tuviera puesto una y otra vez dicho disco. Afortunadamente nos equivocamos de salida de la autopista y pude deleitarme con todas las canciones al tiempo que apuntaba mentalmente el nombre del artista


Se llama Conor Oberst y su disco no ha dejado de sonar estos días en mi mp3, me ha costado conseguirlo por que no es precisamente un autor fácil. Conor es más conocido por ser el cantante del grupo de rock Bright Eyes.

Crítica social y la filosofía no exentas de un sabor netamente americano, rock solido de poderosas convicciones y ritmos alcohólicos que engancha desde la primera escucha y que cuando se le dedica un poco de tiempo acaba por convencernos irremediablemente de que no hace falta ser uno de los grandes para facturar un disco redondo del cual ninguna canción es mala.

Podría dedicarle una extensa crítica a tan excelso disco pero prefiero que sean ustedes los que lo disfruten y lo juzguen, les prometo que les encandilara tanto como a mí

Gracias Nachin por descubrirme tan maravilloso disco. Ahhh y te debo 20 euros, no se me olvida. Así que a ver si te animas a hacerme una visita, te los devuelvo y nos metemos una buena charla de sobremesa.






Lapido me conquisto sin remision

Parece que de Gijón no solo me traje algunos kilos de mas producto de la comida casera de la mia mamma y de los ágapes ofrecidos por amigos y familiares, también me he traído muy buenas recomendaciones musicales. Fundamentalmente estas recomendaciones son el producto de hurgar en los reproductores del coche de amigos

Uno de ellos, David, ex-compañero de Facultad y de correrías etílicas, me volvió a recordar a un personaje de la escena musical española al que tenia muy olvidado.

Allá por los 90, mientras pululábamos por la cafetería y bares aledaños de la facultad (junto con la biblioteca los pocos lugares en donde de veras se aprende), David se empeño en ponerme un grupo español que le tenía absorto: 091. Yo que renegaba de todo lo patrio por aquel entonces, acabe por encandilarme con dos discos de lujo de la banda granadina: “Tormentas imaginarias” (1993) y “Todo lo que vendrá después” (1999) Ya no solo era la fantástica mezcla de filosofía y retorica, si no el espíritu rockero de una época demasiado pop. Aun resuenan en mi cabeza estrofas como:

Las monjas reparten comida a los que no han cobrado el paro
otros se conforman vendiendo pañuelos en los semáforos
pero la calle se llena de noche de poetas y borrachos
y de gente que enciende el mechero sobre
la palma de su mano.

“Sigue estando Dios de nuestro lado”

Allí van los muchachos aburridos,
las fieras con bozal,
los que están en el camino,
los que nada tienen que ocultar.

Allí van con las manos en los bolsillos
los que no miran atrás,
los que visten con armiño
como reyes que no reinarán (...)

Os dirán, no faltéis al respeto
qué razón tenía Kant,
escribid bien los acentos
y no os traguéis el humo al fumar.

“Zapatos de piel de caimán”

Letras que aun mantienen una extraña vigencia (como todo buen disco de rock que se precie) Ahora años después David insistió en que le dedicase un poco de tiempo a la discografía del alma mater de 091: José Ignacio Lapido. Todo un francotirador solitario en la escena musical española (sus trabajos son autoproducidos). De momento me he hecho con su ultimo trabajo y no he podido evitar engancharme a este maestro de las melodías, en cuyas letras no solo esta esa famosa retranca granadina si no que se nos enseña la faceta mas melancólica de uno de los mejores letristas del panorama español (con permiso de Nacho Vegas)

Paseos por los lados malditos de la existencia, criticas a la religión y la política, melancolía romántica, rock rabioso de reminiscencias clásicas tanto a Joe Strummer como a The Beat, autenticas declaraciones de principios y por supuesto hermosas canciones de amor y desamor.

Me temo que David lo ha vuelto a conseguir, y me cuesta darle la razón a tan ínclito personaje, pero voy a tratar de agenciarme la discografía completa del Sr. Lapido; en una época de escasez de auténticos valores, José Ignacio Lapido es una apuesta segura

Aqui les dejo su pagina web




Aunque este es un videoclip de su anterior trabajo creo que merece la pena echarle un vistazo:



Cine Palomitero. [Star Trek]

No soy un trekkie, todo lo contrario, soy un fiel seguidor de la saga de Lucas (pero solo de la trilogía original, el resto es pura mierda comercial carente de interés) Nunca disfrute con la cara de palo del señor Spock (Leonard Nimoy uno de los actores más inexpresivos e inexplicablemente de los más carismáticos) ni con la estupidez soterrada del Capitán Kirk, no me vi la serie y solo he visto algún film de la saga Star Trek cuando los emiten de madrugada en la televisión y padezco de insomnio.

Si encima a eso le añades la furibunda pasión que siento por J.J.Abrams (clara ironía) ya te puedes imaginar con que cara me dispuse a ver la nueva película de Star trek.

Y he aquí que yo pensaba encontrarme un truño de muy señor mío, otro fiasco como “Lobezno” cuando de repente me encuentro una peliculilla de aventuras que me tuvo amarrado al sillón durante un buen rato, me lo hizo pasar bien e incluso me reí en un par de escenas. Bien que me costo entrar en la historia por que desde el principio me pareció estar viendo mas una serie de T.V. que un film: el estilo, la dirección, la trama…. todo parecía sacado de un producto realizado para Sci-fi channel

Respetando las bases de la franquicia, Abrams ha conseguido resarcirse de la paliza con que la critica recibió a esa engañifa que fue “Cloverfield (Monstruoso)” Frente a las carencias siempre queda el recurso del humor, de la aventura de sci-fi clásica.

Grandiosa la aparición de mi estimado Simon Pegg como el irónico Scooty, sin duda de lo mejor de la cinta, puesto que el resto del elenco se limita a un grupo de niñatos de caras angelicales, portada del Superpop y con nulas aptitudes artísticas. A lado de ellos otro rostro de mueca inmutable, Eric Bana como Nero, el villano de turno (esta claro que desde el Hulk de Ang Lee este chico no ha progresado mucho)

No obstante les recomiendo la película si lo que quieren es un cine libre de preocupaciones y tramas metafísicas, cine palomitero que en definitiva nos hace pasar un rato agradable sin exigir demasiado esfuerzo.