domingo, 11 de enero de 2009

Elegía al perdedor [The Wrestler]

Debió ser allá por el 87 u 88, no lo recuerdo bien. Éramos unos adolescentes impúberes que, ávidos de ver el escándalo del momento, nos colamos en la proyección de “9 semanas y media”. Por aquella época era un film solo para mayores de 18, y nosotros que no teníamos pelos en….. Bueno nos dejamos llevar por nuestros más bajos instintos. Hacia la mitad de la película mis amigos ya estaban cansados y la tachaban de bodrio desmesurado, esperando tan solo la aparición del pezón de la Basinger, mito erótico por excelencia en aquellos años. Tras la aparición de aquellos senos turgentes, mi pandilla hizo mutis por el foro, pero yo me quede agazapado en la oscuridad del cine, puesto que quería saber como acababa la película. Estaba más atraído por la elegante rudeza y la chulería del personaje de  Mickey Rourke que por las generosas porciones de la anatomía de Kim Basinger.
Mickey sedujo a Kim Basinger; se tiro a Carre Otis; interpreto y fue amigo de Charles Bukowski, fue un convincente miembro del ira en Réquiem por los que van a morir; se convirtió en boxeador (aun recuerdo el pésimo combate que dio en Oviedo y donde gano, inmerecidamente, por puntos); se hizo horribles  injertos de colágenos en pómulos y labios, y desapareció del mapa cinéfilo durante una larga temporada, aunque no desapareció del papel cauche en donde sus escándalos amorosos, peleas en bares de mala muerte y numerosas operaciones de cirugía estética salpicaban las paginas de la prensa rosa
No quiero recordar ni esa patraña con Don Johnson, Dos duros sobre ruedas (Harley Davison & Malboro man, ¿¿con ese titulo que se esperaban??), ni sus cortas pero intensas apariciones en Legitima defensa, Bufalo 66…etc.
Me resulto entrañable volver a verle en Spun con ese personaje de “El cocinero” y su papel de Marv en Sin City  me encandilo por su fidelidad al comic original (de hecho hasta tengo en mi estantería una figurilla de dicho personaje) pero ayer me lleve una sorpresa mayúscula. Rourke no es un buen actor pero tiene un no-se-que–que-se-yo que indefectiblemente atrae. Sera su sombra continua de perdedor, su atmosfera de derrotado perpetuo, sera que sabe perfectamente representar  un papel que se corresponde con su propia vida.
Por eso en The Wrestler de Darren Aronofsky rompe moldes, crea un personaje convincente e incluso podría optar al Oscar (no se extrañen hasta los peores actores tienen ese pequeño momento de gloria interpretativa, fíjense sino en el Stallone de Copland) Sin duda es una de las sorpresas mayúsculas de este año que acaba de empezar. La actuación de Rourke esta tan llena de autenticidad como de dolor convirtiendo a The Wrestler en un  canto del cisne, una égloga maravillosa a las excelencias del perdedor típico, un antihéroe absolutamente humano cuyo pathos indefectiblemente le conduce a un fin trágico que presuponemos desde el comienzo del film pero que nos mantiene atrapados, con la mirada fija en la pantalla. Un hombre que ha vivido como ha querido y que exige un mínimo respeto de la vida, un niño que no supo crecer y estar a la altura de las circunstancias de lo que exige ser un adulto.
Si encima le acompaña en su periplo la escultural madurez de Marisa Tomei (empeñada ,pese a sus años, en mostrar sus maravillosos pechos –recuerden esto- y a la vez demostrar que es una de las mejores actrices del momento) que resulta tan tierna como magnifica en su papel ,volveré a reivindicarla una y otra vez, y las que hagan falta; así como la pequeña intervención (pero llena de sentimiento) de Evan Rachel Wood.
Aronofsky pese a su estupenda Réquiem por un sueño, no es santo de mi devoción, siempre me pareció que iba por la vida de modernillo pedante; no le perdono la insulsa trascendentalidad que esconde en algunas de sus obras (Pi, The fountain) y que sin embargo siempre logra volver al redil con obras más compactas. The wrestler rezuma sentimiento, emoción, violencia, pasión y sobre todo un sincero enamoramiento por un personaje, representativo de toda una América que va siendo engullida por los nuevos tiempos.
Con un estilo sobrio, elegante pero sin dejar de lado la mas pasional violencia, Aronofsky nos hace cómplices inmediatos de ese perdedor llamado Randy The Ram, todo ello alejado de las pretensiones de sus films anteriores; rodada con un estilo clásico y cuasi perfecto que nos recuerda en ocasiones a los grandes maestros (Huston, Eastwood, Scorsese).
Nota para directores noveles: Darren Aronofsky nos ofrece algunas de las mejores secuencias de acción en las peleas de wrestling que acompañan a la historia, y no hace como los Michel Bay de hoy en día, no se limita a acelerar o desacelerar las imágenes para que resulten impactantes. Aronofsky recurre al maestro Scorsese y su lección magistral en Toro Salvaje, acerca de cómo se rueda encima de un ring, con naturalidad, sencillez y sinceridad. Aprendan de él, señores, aprendan. Aronofsky es un buen ejemplo de cómo ser un aplicado aprendiz del maestro.
Sin lugar a dudas The Wrestler es toda una lección de buen cine.

2 comentarios:

Víctor M. dijo...

Pues efectivamente recordaremos esos preciosos planos de su tremendo cuerpo en 'Antes que el diablo sepa que has muerto', y es que no hay mejor forma de empezar una película que con el cuerpo desnudo de esta mujer tremendamente atractiva. Evan Rachel Wood es adorable. Desde 'Thirteen' me tiene loco.
En cuanto a Mickey Rourke, espero que haya continuidad en su nueva evolución, como la tuvo Robert Downey Jr. Papeles no le van a faltar.

tootels dijo...

El director es la mejor garantía para este film.
Un saludo.