sábado, 23 de febrero de 2008

Curiosos reencuentros a traves de la red

La de vueltas que da la vida. Hace días que no le presto atención al c-box de mi blog, y para una vez que lo miro, me encuentro a un desconocido, Mab, que afirmaba conocerme de antaño, mas concretamente de los años salvajes. Tras varios dimes y diretes, Mab resulto ser una mujer, mas concretamente mi primera novia, o si lo prefieren mi primer gran amor. Nos conocimos en un bar de grato recuerdo (¿por que mi vida amorosa siempre ha girado en torno a estos lugares?) entre cachis de cerveza y las mejores patatas bravas de Gijón.


Aun la recuerdo con su amplia sonrisa, esos simpáticos hoyuelos y ese carácter compartido, pues ambos somos Leo. La de noches que me refugie en sus curvas huyendo de adustos fantasmas. Sucumbí a su encanto y ella me consoló cuando falleció mi padre, eso nunca podré agradecérselo lo suficiente. Con ella perdí mi virginidad un 21 de julio a la una de la mañana (menuda memoria! señores esas fechas nunca se olvidan), un polvillo demasiado rápido y apresurado por culpa de mi inexperiencia y, como no!, por el temor a ser pillados por sus padres.

Nunca le pedí perdón por mis infidelidades, por sus desvelos, por mi inmadurez, en definitiva por ser yo. No me comporte como era debido con ella y su posterior pareja, el mal de los celos sobrevoló por primera y única vez mi vida amorosa, desde entonces me he negado a ejercitarlos de nuevo.

Ha sido un ejercicio de nostalgia muy grato, este reencuentro a través de la red; ella sigue casi igual, aunque los años no pasan en balde. Pero es imposible cambiar esas rodillas hacia dentro; esos ojos achinados que expresaban mas emociones que un viejo blues; sus hermosos pechos que, mas de mil veces, devore con avidez juvenil; sus abrazos, calidos y tiernos, o su sentido del humor alocado y dicharachero.

Hacia 10 años que no sabia de ella, le perdi la pista entre las brumas de una epoca beligerante y peligrosa, pero su recuerdo siempre me retrotrae a noches de rock and roll y besos robados en oscuros portales.

Siempre nos peleábamos, tonteábamos, nos amamos locamente (como solo se puede hacer con el primer amor), nos odiábamos y lo pasábamos bien. Simplemente, éramos jóvenes. Un beso desde la ataraxia.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, esas fotos me traen recuerdos de fines de semana eternos. Sale hasta el Rodri (vean el enlace de Ana y Rodri...) al que ya le queda menos de un mes para sera padre. Aquel Rivendel, primera parada de una larga noche.

Muy buena entrada, todavía quedan románticos.

Chuck Laplanta dijo...

Bravo!!

Qué declaración de intenciones!!

Si, señor!!

Brindemos por los viejos tiempos, por los que nunca volverán, y por la diosa melancolía, que nos hace mejores personas, y seres llenos de ternura!!

Paz y amor!!


...se me fue la olla.. jauajauajuajuauj