Que si, pesados, que me he enterado de sobra de que palmo tito Charlton!! No hace falta que me lo repitáis mas a través de correos. Pues mira tu por donde no voy a hacerle uno de mis obituarios típicos, ni tampoco pienso dedicarle a el esta entrada. Cierto es que se nos va con esa entrañable imagen del documental de Michael Moore y que, como buenos hipócritas europeos, pronto olvidamos sus magnificas interpretaciones de las clásicas megaproducciones de los años 50 y 60. Él, que puso rostro a Moises, El Cid, Judah Ben-Hur o incluso a Marco Antonio, siempre tendrá un lugar privilegiado en mi videoteca con sus actuaciónes memorables en Sed de Mal del maestro Welles, aunque no puedo emocionarme al recordar 55 días en Pekín, Soylent Green (con una de las mejores escenas de suicidio/muerte), Cuando ruge la marabunta o El planeta de los simios y por supuesto The omega man (jodete Will Smith!) Pero si por algo se le debiera recordar (al margen de su infausta defensa de la posesión de armas) es por que en 1965 tuvo los santos cojones de enfrentarse a los a los productores de Major Dundee, cuando pretendían interferir en la dirección de su director, Sam Peckinpah. Eso no lo hacen muchos, eh!! No era un buen actor pero tampoco tan malo como nos pretenden hacer creer, hoy en día, los politicamente correctos.
Lo que me jode es que entre tanta pagina de periódicos dedicada a este personajillo se les halla pasado por alto la defunción de un autentico héroe, íntimamente relacionado con el celuloide: El fotoperiodista Dith Pran, cuya vida en Camboya inspiró la película Los gritos del silencio (1984) , murió el día 30 de marzo a causa de un cáncer de páncreas en un hospital de Nueva Jersey
Pran trabajaba como traductor y periodista para Sydney Schanberg, un corresponsal americano que cubrió la guerra civil camboyana en el lamentable y terrorífico periodo de los jemeres rojos. El fotógrafo fue recluido en un campo de concentración en Camboya cuando los comunistas se hicieron con el control de su aldea en 1975. Pran sobrevivió a cuatro años de torturas y hambruna; los jemeres rojos asesinaron a 50 de sus familiares, entre ellos su padre, cuatro hermanos y sus familias. Ellos, fueron víctimas de un régimen que exterminó a 1,7 millones de personas con un reinado del terror basado en una utopía comunista. Schanberg obtuvo el premio Pulitzer por sus crónicas en Asia en 1976; al recibir el galardón agradeció a su colega, que aún se encontraba desaparecido en las selvas de la región. Ambos se reunieron en 1979, cuando Pran cruzó la frontera camboyana y llegó a Tailandia. Si aun no han visto la película no se a que esperan, dirigida impecablemente por Roland Joffé (un gran director caído en desgracia que acabo haciendo la adaptación de Super Mario Bros o esa infumable película de terror llamada Captivity), no solo es una buena historia si no que nos muestra una de las mas desconocidas y horribles dictaduras del pasado siglo. El film se llama en realidad “The killing fields” que fue una expresión acuñada por el propio Pran a raíz de la cantidad de cuerpos y esqueletos que se encontró durante su huida hacia la libertad.
"Parte de mi vida es salvar vidas", escribió Pran, "no soy un político ni un héroe. Soy un mensajero". No hace falta levantar un arma para ser un héroe, Pran lo demostró simplemente con una cámara fotográfica
Pran trabajaba como traductor y periodista para Sydney Schanberg, un corresponsal americano que cubrió la guerra civil camboyana en el lamentable y terrorífico periodo de los jemeres rojos. El fotógrafo fue recluido en un campo de concentración en Camboya cuando los comunistas se hicieron con el control de su aldea en 1975. Pran sobrevivió a cuatro años de torturas y hambruna; los jemeres rojos asesinaron a 50 de sus familiares, entre ellos su padre, cuatro hermanos y sus familias. Ellos, fueron víctimas de un régimen que exterminó a 1,7 millones de personas con un reinado del terror basado en una utopía comunista. Schanberg obtuvo el premio Pulitzer por sus crónicas en Asia en 1976; al recibir el galardón agradeció a su colega, que aún se encontraba desaparecido en las selvas de la región. Ambos se reunieron en 1979, cuando Pran cruzó la frontera camboyana y llegó a Tailandia. Si aun no han visto la película no se a que esperan, dirigida impecablemente por Roland Joffé (un gran director caído en desgracia que acabo haciendo la adaptación de Super Mario Bros o esa infumable película de terror llamada Captivity), no solo es una buena historia si no que nos muestra una de las mas desconocidas y horribles dictaduras del pasado siglo. El film se llama en realidad “The killing fields” que fue una expresión acuñada por el propio Pran a raíz de la cantidad de cuerpos y esqueletos que se encontró durante su huida hacia la libertad.
"Parte de mi vida es salvar vidas", escribió Pran, "no soy un político ni un héroe. Soy un mensajero". No hace falta levantar un arma para ser un héroe, Pran lo demostró simplemente con una cámara fotográfica
4 comentarios:
Sigan las recomendaciones de Sun-T, y si todavía no han visto "Los Gritos del Silencio" deleitense con ello. Yo por suerte la ví de pequeño, en uno de esos Cines de mi ciudad de origen, cuando solo había una sala y no se comían palomitas ni se bebían refrescos gigantes. Por desgracia ese Cine de mi infancia es hoy en día la sede de una famosa Clinica Dermoestetica de nuestro país.
Pues tienes razón. Yo no he leído en ningún sitio la muerte de este fotógrafo.
Ya se sabe que sólo se le da repercusión a lo que vende. Está bien que tú nos recuerdes otras cosas.
Y las críticas de las dos pelis no las leo, que aún no las he visto ...
Saludos
Gracias Lucia, efectivamente en pocos sitios se ha publicado la noticia, por eso me llamo la atencion. Puedes leer tranquila las criticas que nunca incluyo ningun spoiler, ademas la de The man from Earth incluyo un en lace para descargarsela, ya que tengo curiosidad por saber vuestra opinion
Ya tú sabes, mi amol, en la tele solo ponen lo que interesa poner, lo fácil y lo que se inventan.
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