Se nos rompió el amor (y nunca mejor dicho)

Se llama Francis, aunque sus amigos lo llaman Flint, y posiblemente dentro de poco seguro que le buscan otro mote mas apropiado. El día 17 de Febrero se encontraba jugueteando con su novia cuando sintió un “pop” seguido de un intensísimo dolor. Acababa de sufrir una fractura de pene, es decir la rotura de la tunica albuginea que recubre el cuerpo cavernoso de su miembro viril. Yo diría que, más que juguetear, estaba probando sus dotes de contorsionista, en un intento de demostrar sus conocimientos del kamasutra, cuando ocurrió tan fatal accidente.
Francis y Phezar (si, así llama él a su miembro, una estupida manía que tenemos los varones) habían sido amigos durante años. Phezar, menuda porquería de mote para tan insigne miembro, nunca le había fallado, o eso asegura Francis (ya , ya y ahora voy y me lo creo! Malditos mitos sexuales masculinos), hasta aquel fatídico día.
A grandes males, grandes remedios; así que, ni corto ni perezoso, Francis ha creado su propio blog contando con todo lujo de detalles su experiencia. Partes médicos, alguna que otra fotografía y, por supuesto, un apartado para donativos, puesto que tiene que estar de baja durante 6 semanas y esta completamente deshecho. Así que compadézcanse de él, piensen que un día les podría pasar a ustedes (o a sus parejas), por lo tanto pásense por su blog. Contiene una pormenorizada descripción del caso, toda la documentación hospitalaria para demostrar que es real, un apartado para prevención de tan nefasto mal y, como no!, una interesante, a la par que divertida, “historia de mi pene”. Solo por su ingenio se merece un donativo. Esperemos que te recuperes, Francis, y pronto Phezar vuelva a ponerse en pie.

Créanme cuando les digo que, desde ahora, la expresión “me parto la polla” ya no tendrá el mismo significado para mi